viernes, 1 de julio de 2011

Los maestros de la sospecha






















































En el siglo XIX se generaron las bases del pensamiento de nuestra época; se creó una nueva forma de enfocar la comprensión del ser humano y de su mundo; se produjo un ·corte" radical con gran parte del pensamiento anterior. Se rompe la confianza ingenua en el sujeto y su razón que habían predominado en la época ilustrada.
Tras el sentido literal de lo que la razón y el lenguaje parecen indicarme, existe un segundo sentido oculto que es preciso descifrar.

Fueron Marx, Nietzsche y Freud los que "sospecharon" que tras el sentido de lo que mi conciencia me indica, hay otro sentido, por lo que mi conciencia es "falsa conciencia". Hay que desenmascarar y librarse de las máscaras que, bajo la apariencia de racionalidad, falsean el trasfondo real. Se trata de descifrar y desvelar lo que está latente e ignorado.

Carlos Marx: Ni la religión, ni la filosofía, ni los valores, ni la organización social y política pueden entenderse por sí mismos. son unas superestructuras que están condicionadas por la estructura económica que subyace tras ellas y que, conociéndola, permite entender algo que antes considerabamos que podía comprenderse directamente.


Friedrich Nietzsche: Los valores morales y la cultura están montados sobre el resentimiento de los que no se atreven a vivir los impulsos vitales e instintivos que son los reales. Se crean así unos valores invertidos que van en contra de la vida y crean una falsa conciencia moral, sacralizada por la religión, las filosofías y el lenguaje.

Sigmund Freud: La conciencia no es la clave del saber, hay otro elemento determinante de carácter inconsciente, formado por impulsos e instintos, que subyace a nuestra vida superficial. No somos trasparentes para nosotros mismos. Hay que profundizar en las cloacas del alma, si queremos desvelar lo que hasta ahora críamos real: nuestra vida consciente.

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